lunes, 25 de julio de 2011

Shauri's Summer Corner: El Pequeño Traidor


Para este verano tan lluvioso donde muchas veces lo único que se antoja es quedarse en casa, les estaré trayendo reseñas de las películas que pueden disfrutar en la comodidad de su hogar. Para iniciar esta sección, les presento "El Pequeño Traidor" (The Little Traitor) una fabulosa película que nunca se me hubiera ocurrido ver, de no ser por la gran recomendación de uno de mis mejores amigos.
La historia se lleva a cabo en Palestina en el año 1947, unos cuantos meses antes de que Israel se volviera un país. El protagonista es un niño de 11 años llamado Proffy Liebowitz (Ido Port), quien detesta con todo su ser la milicia británica que ocupa su país y lo obliga a regresar a su casa antes de las 6 pm. Por planear un ataque con sus dos mejores amigos en contra de la milicia británica siempre está llegando a casa después del toque de queda, y un día es atrapado en la calle por el Sargento Dunlop (Alfred Molina) quien en vez de encarcelarlo, lo regresa a casa.
Mientras Dunlop acompaña a Proffy a su hogar le cita el Libro de Samuel, lo cual sorprende mucho a Proffy, ya que él asumía que los británicos no sabían nada sobre su religión. Dunlop se despide comentándole a Proffy dónde lo puede encontrar en las tardes. Esa pequeña conversación camino a casa despierta la curiosidad de Proffy por el Sargento Dunlop y decide aprovechar la invitación para volverse un espía y ver qué tanto traman los británicos. Sin embargo, lo que comienza como una "misión secreta" se convierte en visitas diarias donde Dunlop y Proffy comparten anécdotas y se vuelven grandes amigos. Desafortunadamente, los amigos de Proffy y el resto de la comunidad cuestionan su lealtad y Proffy debe decidir qué hacer.
Insisto, esta no es una película que hubiera visto por mi cuenta, pero honestamente se las recomiendo. Más allá de una historia sobre una ocupación militar o diferencias religiosas, es una historia sobre una amistad poco convencional y un niño que descubre que el mundo real no sólo es blanco y negro. Además, Alfred Molina e Ido Port nos ofrecen las actuaciones ideales para transportarnos en el tiempo y meternos en la historia.

9/10

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