jueves, 13 de mayo de 2010

La Pontífice restaura mi fe en el cine


SPOILER ALERT! Antes que nada, esta reseña trae un resumen bastante exahustivo y detallado. Si no quieren saber qué pasa en la película, absténganse de leerla.

No suelo decir esto, ¡pero QUE buena película! Basada en el libro de Donna Woolfolk Cross llamado "Pope Joan", esta película nos cuenta la historia de Johanna (intepretada por la actriz Johanna Wokalek) quien después de una larga vida de tribulaciones, termina siendo Papa por dos años.


Dirigido por Sönke Wortmann, todo comienza con el nacimiento de la pequeña Johanna en una familia donde su padre (y sacerdote de la aldea) cree firmemente que una mujer no debe recibir una educación. Sin embargo, Johanna convence a su hermano que le enseñe a leer y escribir en latín. Pronto su hermano es seleccionado para irse de la aldea a estudiar en la escuela de los sacerdotes. Cuando su hermano fallece, el director de la escuela va a la aldea a dar el pésame y descubre que Johanna tiene una inteligencia extraordinaria y una gran facilidad para el latín. Después de darle clases privadas en la aldea por un tiempo, el director es despedido de la escuela, pero promete encontrar una manera para que ella continúe sus estudios. Tiempo después manda pedir por ella a la aldea, pero su padre no accede. El insiste en que debe ir el segundo hermano de Johanna, no ella.


Esa noche Johanna escapa y se reencuentra con su hermano a medio camino. Ambos son aceptados en la escuela después de un breve debate donde Johanna les mostró a todos su capacidad para pensar y su habilidad con las palabras. Johanna obviamente no podía quedarse en el dormitorio de los hombres, pero el Duque Gerold (David Wenham, mejor conocido como Faramir de El Señor de los Anillos) quedó tan impresionado con su inteligencia, que le ofreció quedarse con su familia (muy en contra de los deseos de su esposa).

Los años pasan y lo inevitable ocurre: Gerold y Johanna se enamoran. Pero antes de que pueda suceder cualquier cosa, todos los hombres del pueblo son enviados a la guerra. La esposa de Gerold aprovecha su ausencia para casar a Johanna con el hijo del carnicero para que deje a su esposo en paz y deje de estudiar. Sin embargo, en plena ceremonia, la guerra llega al pueblo y mata a la esposa e hija de Gerold y al hermano de Johanna.


Completa y totalmente sola, Johanna decide disfrazarse como hombre y unirse a un monasterio. Ahí practicó sus conocimientos de medicina y su conocimiento del griego y latín por varios años hasta que la fiebre se apoderó de ella. El doctor del monasterio la ayudó a escapar, ya que él sabía que si los demás descubrían que era mujer, la matarían. Logra sobrevivir la fiebre gracias a una familia que ella había ayudado anteriormente y decide hacer una peregrinación a Roma.


Cuando llega, vuelve a practicar sus conocimientos médicos y pronto es reconocida como la mejor doctora del lugar. Esa reputación hizo que entrara al Vaticano y atendiera personalmente al Papa Sergius (John Goodman) que sufría de gota. Después de curarlo, en agradecimiento el Papa la nombra su médico de cabecera y entablan una larga amistad. Pero la guerra seguía afuera y cuando los soldados estaban a punto de llegar a Roma, Johanna sugiere armar una máquina que ella había armado con Gerold cuando era joven para poder asustar a los soldados y convencerlos de rendirse.

El plan funcionó, pero Gerold estaba en ese ejército y sabía que Johanna estaba detrás de todo. Cuando por fin se encuetran, Gerold le confiesa que no la quería como su amante, sino como su esposa y al no poder encontrarla pensaba que había muerto. Gerold le ofrece irse con él para que no tenga que mentir y vivir con miedo, pero Johanna se niega. No sin antes darle una despedida bastante romántica en el lago donde nadie los podía ver.


Sin embargo, todos los otros consejeros del Papa ya estaban hartos de él y la noche que Johanna se ausenta, le ponen veneno a su cena y el Papa Sergius muere. Cuando se está votando por un nuevo Papa, Gerold le dice a Johanna que deben huir antes de que la de descubran. Justo en ese momento, entra la mano derecha del Papa Sergius y le informa a Johanna que fue elegida como Papa por el pueblo. Ahora que Johanna no se puede ir de Roma, le pide a Gerold que se quede y lo nombra capitán de la guardia papal.

Por el siguiente año y medio el Papa Johannes (léase Johanna) hizo mucho por su gente: construyó acueductos, mandó médicos a todos los rincones de Roma para ayudar a los pobres... al grado que la gente la llamaba "El Papa del Pueblo". Una noche, Johanna le confiesa a Gerold que está embarazada, a lo cual él le dice que deben huir en ese instante. Sin embargo, Johanna le pide cuatro meses más para que pueda meter la iniciativa de una escuela donde admitan a las mujeres. Esto no le hizo gracia a los consejeros del Vaticano y deciden llevar a cabo un plan para matarla.


Un día de desfile, un par de muchachos amenazan a Johanna, lo cual hace que Gerold salga corriendo detrás de ellos sin saber que es una emboscada que termina en su muerte. Al mismo tiempo Johanna sufre un aborto y también fallece.

La historia está basada en una leyenda, y como no he leído el libro, no sé qué tan fiel le sea. Pero para alguien como yo que no conocía la historia, se me hizo increíblemente interesante e inspirador. Una mujer que puede ir contra todo y lograr tanto es digno de admirarse. Las actuaciones de TOD@S estuvieron fenomenales: nadie actuó de más y nadie actuó de menos. Le doy una mención honorífica a Johanna Wokalek por su fabulosa interpretación de Johanna y a los maquillistas y vestuaristas que hicieron un trabajo maravilloso de llevarnos de la pobreza total de la primer aldea, a la grandeza del Vaticano.


No va a durar mucho en cines (es más, me sorprende que siga ahorita), pero si quieren ver una buena película que los haga reflexionar un poco, se las recomiendo sin lugar a dudas.

10/10

1 comentario:

Yolanda Dina Sassoon Lombardo dijo...

Estoy de acuerdo en que es excelente la película. En ningún momento decae la atención. Además me parece intachable. Hace que uno verderamente "se meta" en la historia. Me he quedado reflexionando días y días...